domingo, 4 de septiembre de 2011

EL ANIVERSARIO

Se dice que por allá por el 2003, en un “lujoso” barrio conocido como mar de ajó norte, una jovencita llamada... camila..., prestaba sus servicios como niñera. Todos decían que era muy buena, y lo era, lo malo es que no dudaba en ponerles películas terroríficas a los niños, ya que las adoraba. Si... A camila (a la que desde ahora llamaremos cami) le gustaban mucho lo relacionado con el miedo: espiritismos, maldiciones...

Bueno, todo empieza una noche en que los Sr. X (por respeto no se mencionara su verdadero apellido) salen por ahí. Para cuidar de los niños llaman a cami. Cuando se van, los niños le piden a cami ver una película de terror, y aun que ella dice que no las aguantan, acaba cediendo, pues le encanta ver la cara de terror que pone la gente. En fin, ven un trozo de la película, pero los niños no la soportan, así que se van corriendo a sus camas llegado a un punto de la peli bastante terrorífico sin que cami les diga nada. cami se disponía a ver el resto de la película cuando llamaron a la puerta. Abrió. Ante ella apareció una mujer rubia, algo bajita, pero esbelta.

-Hola-dijo casi en un susurro-. Querría hablar con Susana, es decir, la señora X.
-En este momento no está. Contestó cami.
-Ammm...Y, ¿podría esperarla dentro? Mire, es que yo soy su hermana pequeña. Me llamo Cloe.

cami dudó, pero al reconocer a la misma mujer en una foto, le dejó entrar.
En seguida se pusieron a hablar. A cami le gustaba Cloe. Tenía los mismos gustos que
ella, sobretodo eso: el miedo. Quizá hablaron durante 3 horas. Llegando a medianoche, Cloe se levantó, miro el reloj que había sobre una pequeña mesa y dijo:

-Mi hermana tarda demasiado... No puedo quedarme más, debo irme. Ya la vendré a ver
mañana. Adiós, cami. Espero volver a verte.

cami insistió en que se quedara un poco más, pero no consiguió convencerla. Asomada a la puerta veía como se alejaba. Entonces ocurrió algo extraño, cuando cruzaba el cruce de mitad de la calle... se esfumó. cami pensó que no tenía importancia: había algo de niebla.
Media hora después llegaron los X. Pagaron a cami más de lo debido, como agradecimiento cami decidió ser más cordial de lo normal, y alegremente les preguntó:

-Y ¿qué? ¿Cómo se lo han pasado en la fiesta?.

Entonces, la señora X confesó entre lágrimas que no habían ido de fiesta, si no que habían ido al aniversario de la muerte de Cloe, su hermana, que había muerto hacía un año atropellada en el cruce de esa misma calle...

domingo, 19 de junio de 2011

¿Broma macabra?

Se cuenta que hace tiempo en Mar de Ajó, una noche de fiesta cuando el calor y el frío guerrean y ninguno se resiste a perder, la juventud nos íbamos a la playa a bailar y a tomar algo a la margarita un bar que estaba sobre la playa
Había un grupo de chicos pasándolo bien cuando unos de ellos fue a tomar aire fresco, vio a una chica cerca de la orilla vestida con vestido largo, a él le llamó la atención y se acercó a ella, cuando estuvo junto a ella vio que era preciosa y que estaba triste.

Le dijo que se sentía muy sola, él la invitó a estar juntos, bailaron, charlaron en la orilla de la playa, ella sintió frío y el le ofreció su campera de egresado, luego se dispusieron a irse, él la acompaño hasta la puerta de su casa y allí tuvieron una despedida muy dulce, con un beso quedaron para el día siguiente, así ella le devolvería su campera y él la volvería a ver, pues sentía algo en su interior por ella.

A la mañana siguiente deseoso de encontrarse con ella...tocó en su puerta y salió un señor con el gesto abatido, el chico preguntó por su hija, le dijo que venia a buscarla, que había quedado con ella, entonces el hombre, le dijo que broma macabra era esa, que si no respetaban el dolor de las personas....entre gritos y lagrimas le dijo que su hija llevaba un año muerta y cerró la puerta.

El chico entre el horror y la pena no entendía lo que sucedía, verificó que fuese la casa a la que llevó y besó sus labios, le vino a la mente ir al cementerio de Pavón así confirmaría su historia , mientras buscaba sin para y sin saber donde...en una lapida diviso su campera de egresado colgada...se acercó y vio la foto de la chica fallecida y......era ella… nada mas se supo de el, pero dicen haberlo visto por las noches en la playa bailando y riendo con si lo hiciera acompañado… pero en realidad… estaba solo….

martes, 14 de junio de 2011

Te veo dormida

Ahora me encuentro en la oscuridad de tu habitación, tú duermes tan profundamente que ni los truenos del exterior logran estremecerte de manera alguna.

Luces tan hermosa que es imposible dejar de observarte y amarte en silencio, en secreto. Me veo tentado a acercarme un poco más hacia ti y lentamente doy algunos pasos hasta encontrarme justo enfrente de tu cama desde donde logro observar tu hermoso rostro inocente a la luz tenue de la luna que apenas logra asomarse entre las nubes de lluvia.

Es tal tu hermosura que una lágrima nace desde mi alma como queriendo ir y tocarte.
Acaricio tiernamente una de tus mejillas, mis manos parecen desear tu piel cada vez más hasta el punto en que me veo obligado a dejar de hacerlo para no correr el riesgo de perturbarte y despertarte. Sin embargo ahora viene el problema, te mueves un poco dejando expuesto tu cuello, me estremezco y cierro los ojos, -...no puedo hacerlo, no puedo...- susurro entre sollozos cubriendo mis ojos con mis mangas.

Tu cuello es perfecto, hermoso, tu piel es la más pura que he visto en mi vida, y al observarte de nuevo a través de un espacio de entre mis mangas empiezo a distinguir una de tus venas, mis labios empiezan a temblar y lentamente me destapo por completo mis ojos que no se quieren separar de tu cuello.

Jamás había visto a un ser tan hermoso como tu, pareces un ángel, tu rostro expresa una
enorme paz reflejando placer de estar profundamente dormida envuelta en sueños de cuentos de hadas.

-¿Que estarás soñando en éste momento?-, algo feliz y placentero sin duda alguna, tus labios casi parecen sonreír.

Tus labios, que no daría por rozarlos tan sólo un instante con los míos, por saborear tu dulce boca y sentir tu aliento cerca de mí, pero sé que no me puedo acercar más a ti, no ahora, si lo hago no sé que podría pasar y sé que luego me arrepentiría por siempre. Sin embargo eres una tentación irresistible en todos los sentidos, tu hermosura, tu pureza, tu inocencia, todo.

Noto que ahora estás temblando un poco, debe ser mi presencia que está siendo detectada por tu piel, rozo tu brazo descubierto con mi mano y veo que te exaltas un poco, es mi frío que ahora empieza a calar en ti, acerco mis manos a tu vientre y te arropo un poco más, hasta los hombros, entonces tu rostro parece sonreírme en agradecimiento.

Tengo que cerrar mis manos y dejarlas en forma de puños para que no se atrevan a recorrer tu cuerpo, casi no las puedo controlar desean sentir la piel de tu cálido vientre que se encuentra a tan pocos centímetros, ahora las retraigo y sin querer, mi mano derecha roza levemente uno de tus pequeños senos, rápidamente observo tu rostro pensando que te ibas a exaltar pero veo que ahora se dibuja una clara sonrisa en tus labios.
-Como quisiera que soñaras conmigo-.


Angélica…

Sucedió hace mucho tiempo atrás, cuando aún estaba viva o al menos viva al resto de los ojos de los demás…
En 1919 existía una joven mujer, 17 años era ya una mujer en ese tiempo; llevaba una vida cómoda junto con mi familia, mi padre era doctor y mi madre se dedicaba por completo a mi pequeña hermana y a mí, mi vida era perfecta…hasta que lago cambió para siempre…
Mi pequeña hermana se perdió un día mientras jugaba a la pelota en el patio de la casa, y no la volvimos a ver con vida.
La buscamos por todos lados, al principio creíamos que se había ido a buscar su pelota, de vivos colores blanca con roja como una gigante menta redonda al bosque que se encuentra exactamente detrás de los terrenos de nuestra casa, peinamos la zona con ayuda de vecinos de nuestro pequeño pueblecillo y las autoridades, incluso la policía de otros tres pueblos vecinos se sumaron a la búsqueda de mi pequeña hermana Angélica, lo único que pudimos encontrar de ella fue un lindo zapatito de color blanco aperlado y su grande y bella pelota blanca y roja como mudos testigos de lo que había sucedido, y nada más…
A los cuatro días la encontraron en un arrollo que corría por las afueras de la ciudad, nada había en ella que delatara la causa de su muerte, nada salvo dos pequeñas y profundas incisiones al costado de su cuello.
No podía creer lo que veían mis ojos, lo que apenas hace una semana atrás había sido una hermosa niña de 10 años yacía muerta sobre una cama de satén blanco, con sus hermosos rizos castaños marchitos y en su tez la palidez mortuoria enmarcaban su hermosa carita, sus rasgos de ángel…Pero algo no encajaba en el cuadro, algo no parecía ser normal, es noche me quede hasta tarde, junto con mi madre quien se quedó dormida de tanto llorar la pobre.
Al acercarme al vidrio para contemplar a mi hermanita, me parecía que de un momento a otro se despertaría, casi podía observar como se dibujaba una pequeña sonrisa en las comisuras de su delicada boquita, y sobre todo me parecía que respiraba…aunque era solamente mi mente que no quería dejarla irse de mi lado, habíamos sido tan unidas.
Pero al pegar la mirada una vez más, finalmente pude observarla detenidamente…en ese momento sus ojos de almendra se abrieron repentinamente, y ya no supe más…solamente me desmayé de la impresión.
A la mañana siguiente me desperté en mi cama, con la sensación de que todo había sido solamente un mal sueño, que mi hermana no estaba muerta, y que no la había visto abrir sus ojos.
Bajé las escaleras hacia la sala de la casa, depuse de bañarme y cambiarme con la esperanza de que al tardarme la triste realidad cambiara, pero no sucedió así, aun se encontraba hay ese ataúd blanco, y dentro de el lo que había sido mi linda hermana.
Ese día lo volví a pasar de nuevo a su lado…y al atardecer cuando la sepultamos me quede a su lado, pues tenia la creencia de que podría sentirse sola…y dentro de su cripta puse su pelota, que tanto le gustaba.
Al llegar la noche, un frío viento se apoderó de mí, y una niebla espesa cubrió pronto el entorno, los árboles parecían mirar expectantes la escena de ultratumba…
De las entrañas de la tumba, salió mi hermana, pálida y etérea…un ángel inmortal, su tierna voz me llamó, y temerosa acudí a su lado.
Me hipnotizó su dulce voz, y solo escuché:
-Aún en la muerte cuidarás de mí, como yo cuidaré de ti…hermana- y me tendió los brazos, y la abracé… sentí una pequeña punzada en mi cuello y un sopor profundo.
Ahora para los demás estoy muerta, y junto con Angélica, mi hermanita pertenezco a un mundo de sombras en las que las dos reinamos juntas…reímos, jugamos como lo hacíamos a la luz del día… mis padres tuvieron más hijos, y ellos a sus hijos, nuestros hermanos ya son muy grandes... los q aún viven, pero solo Angélica y yo seremos hermanas aún en la muerte, solo nosotras seguiremos así, cuidando la una de la otra…

sábado, 11 de junio de 2011

Amigas por siempre…

Año 1982. Alicia y Sara eran dos chicas, ambas de 15 años, e íntimas amigas
desde la más tierna infancia. Vivían en el mismo barrio, estudiaban en el mismo
instituto, iban a la misma clase... en fin, eran inseparables. Sin embargo, tenían
caracteres muy diferentes. Alicia era alegre y extrovertida, mientras que Sara era
muy tímida y callada.
Cierto día, Sara le propuso a Alicia:
- ¿Por qué no hacemos un juramento de sangre?
- ¿Qué?
- Mira, por si algún día perdemos el contacto, juramos que la que muera antes de
nosotras dos, irá a avisar a la otra.
- Qué tontería, Sara, nosotras siempre estaremos juntas.
Ante la insistencia de Sara, y entre asombrada y divertida, Alicia al final aceptó
la propuesta. Ambas se practicaron un corte con una navaja en el dedo índice de la
mano derecha, y sellaron el pacto a la luz de unas velas.
Pasaron los años. Alicia había terminado sus estudios de derecho, tenía un buen
trabajo, una casa preciosa y un marido y un hijo maravillosos. Hacía mucho que no
veía a Sara, la amiga de su juventud, aunque a veces se acordaba de ella cuando se
veía la cicatriz de su dedo índice. Al final, la vida les había llevado por caminos
distintos y no habían vuelto a verse desde que acabaron el instituto.
Una noche, Alicia tuvo una horrible pesadilla: iba conduciendo, cuando de repente un
camión invadía su carril y chocaba con su coche.
Se despertó empapada en sudor, y justo en ese momento, oyó llamar al timbre de la
casa. Eran las 3 de la madrugada. Miró a su marido, que dormía profundamente a su
lado, en ese momento, el timbre volvió a sonar con insistencia. Maldiciendo por lo
bajo y preguntándose quién podría ser a esas horas, Alicia se levantó y fue a abrir
la puerta.
Cuando abrió la puerta y vio a la mujer que estaba en el porche, abrió la boca,
totalmente anonadada. Aunque había cambiado bastante, la reconoció enseguida.
Allí, terriblemente pálida, ojerosa y con una enorme herida sangrante en la cabeza,
estaba su antigua amiga Sara.
- ¡Por Dios, Sara! ¿Qué ta ha ocurrido? Entra, te curaré esa herida.
- ¡Cuánto tiempo
sin vernos!
Sara no se movió de donde estaba.
- He venido a cumplir mi promesa, Alicia. He muerto y vengo a decírtelo.
Alicia se quedó sin habla.
- Ya que la vida nos ha separado, estaremos juntas en la muerte. Te estaré
esperando...- dijo Sara levantando el dedo índice. Acto seguido, desapareció.
Alicia empezó a notar un dolor persistente en su propio dedo índice, al mirárselo
descubrió que lo tenía empapado en sangre, como si se le hubiera vuelto a abrir el
corte que se hiciera años atrás... Lanzó un alarido estremecedor y cayó desvanecida
al suelo.
Al día siguiente, despertó en su cama y pensó que todo había sido un mal sueño.
Encendió el televisor para desayunar, y lo que vio la dejó helada: la noche
anterior, a las 3 de la madrugada, había habido un accidente de tráfico: un camión
había chocado con un coche, y la conductora del mismo había fallecido en el acto.
A partir de aquél día, su vida se convirtió en un auténtico infierno. No comía, se
olvidaba de recoger a su hijo en el colegio, no rendía en el trabajo... Y todas las
noches tenía el mismo sueño, en el cual oía llamar a la puerta, y al abrir veía a
Sara levantando el dedo índice y diciendo "te estaré esperando", tras lo cual
siempre se despertaba con un dolor insoportable en su dedo lleno de sangre.
Su marido no entendía lo que le estaba pasando, los médicos no encontraban ninguna
explicación, y finalmente internaron a Alicia en un psiquiátrico.
Allí no hizo sino empeorar, ahora en sus pesadillas veía a Sara junto a su cama.
Una noche, un celador del psiquiátrico oyó un espantoso ruido de cristales rotos
que provenía de la habitación de Alicia.
Al entrar en la habitación vio que la ventana estaba rota, se asomó y vio a Alicia
tirada sobre la acera en medio de un charco de sangre. Tenía una gran herida en la
cabeza y a su lado, en el pavimento, alguien había escrito con su sangre: "AMIGAS
POR SIEMPRE".